domingo, 28 de septiembre de 2008

62 modelo para armar

Nos mirábamos desde lejos, con aire desconcertado y aburrido, de los que no saben como seguir y a la vez sospechan que lo que seguía era lo verdaderamente importante, como el final de los sueños olvidados en un momento que debía contener las claves, las respuestas.


El teléfono sonó como la seca bofetada que corta la histeria, las preguntas inútiles, el gesto de echar a correr detrás de alguien que anda ya tan lejos